Rosas cap.7 - Zutara

Rosas

Capitulo 7.- La llegada de un romance

Mientras anochecía, una importante conversación se efectuaba en los aposentos del príncipe Zuko mientras revisaba unos papeles.

- Príncipe Zuko esta todo listo para tu coronación el día de mañana.

- Mañana… el tiempo pasa sin que lo notemos tío – Dijo el príncipe en tono melancólico.

- Así es sobrino, pero esta vez pasara para mejor -. Iroh vio a su sobrino con orgullo -. Serás un gran señor del fuego sobrino, de ello no me cabe duda.

- Pero tío… y si me equivoco y escojo mal mis decisiones – Dijo el preocupado príncipe

- Si así fuera, entonces tendrías que enmendar tus errores, pero lo importante príncipe Zuko, es que sé que los enmendaras – En eso con una pequeña risa agrego -. Considera que no tienes muy buenos antecesores como para ser recriminado por tus decisiones -. Zuko prefirió omitir aquel último comentario.

- Aún así… solo espero lo mejor para mi gente.

- Se los darás, de aquello no tengo duda… además no estarás solo, me tendrás a mi para aconsejarte y a la mujer que será tu esposa -. Ambos sonrieron.

- Es cierto, no estaré solo.

En eso entra un sirviente.

- Sus altezas, he venido a informarle que han llegado las personas que había estado esperando

- Muchas gracias, puedes retirarte – El sirviente se fue dejándolos solos nuevamente.

- Creo que bajare a saludarlos.

- Yo también, pero primero iré a avisarle a Katara y al avatar.

- Te espero sobrino – Zuko asintió, mientras su tío se marchaba… Segundos después se dirigió a uno de los jardines especiales para entrenamiento y a la vez relajación. Cuando llego, vio a ambos practicando una rara posición de relajación.

- ¿En verdad se pueden relajar así? – Pregunto algo incrédulo.

- Si, y a la vez ayuda a enderezar todos los huesos de la espalda – Le contesto el avatar mientras trataba de volver a la normalidad sin mucho éxito.

- Te haría bien Zuko, además ayuda contra el stress – Agrego su prometida.

- Quizás algún día… pero les vengo avisar que llegaron Toph y los demás – Dijo poniendo particular énfasis en Toph, asiendo que el avatar se cayera de su extraña posición.

- ¡Aang¿Estás bien? – Le pregunto Katara ya parada normalmente.

- Estoy bien… solo ayúdenme a sacar el pie de mis costillas – Entre Zuko y Katara lograron pararlo correctamente -. Creí que no saldría de ese enrollo… literalmente.

- ¿Qué tanto haces pies ligeros?... fue mi impresión, o eras un rollo humano – Si, la voz de Toph llego a sus oídos, sus ojos la vieron acercarse junto con Sokka y Suki… pero fuera de ello, vio a Zuko con una sonrisa que momentáneamente le recordó a Iroh, lo cual le hizo pensar que hay cosas que se heredan, pero a la vez gritar en su mente ¡¡TOPH LLEGO!! – Relájate piernas locas, pareciera que hubieras visto un fantasma.

- Hola Toph, Hola Sokka, Suki – Dijo nerviosamente tratando de calmarse.

- Llegaron rápido – Les comento Zuko

- Toph uso de lo suyo para llegar aquí

- ¿Su poderes de maestra tierra?

- No… el hecho de que sea una Bei Fong hace más que los poderes mágicos que ustedes tienen.

- ¡¡No son poderes mágicos!! – dijeron todos al mismo tiempo.

- Esta bien… esta bien como sea – Refunfuño Sokka

- ¿Y donde esta Jamir? – Pregunto Katara a su cuñada

- Quedo con el señor Iroh, se le va muy bien eso de los niños.

- Es cierto – Sonrió un melancólico Zuko

- Y bueno princesitas¡cuando es la boda!

- La próxima semana, mañana es la coronación de Zuko – Le respondió Katara.

- ¿Y no que querías casarte antes de ser el señor del fuego?

- Mi tío… el dijo que era mejor al contrario

- Bueno, si él lo dice, estará bien.

Todos se dirigieron a un pequeño salón para tomar o comer un aperitivo ya que la cena había pasado, cosa que alegro enormemente a Sokka. El señor Iroh llego después de un largo tiempo, con Jamir durmiendo en sus brazos.

- Es un maravilloso niño, han hecho un gran trabajo cuidándolo y criándolo.

- Muchas gracias – Le agradeció una sonrosada Suki.

- Pues claro, mi mujer es una gran madre…

- Si, porque tu, no eres muy buen padre que digamos.

- ¡¡Claro que lo soy!!

- Lo que digas Sokka, lo que digas – Le dijo Toph mientras se iba del salón, dejando a un refunfuñante Sokka preguntándole a su esposa si era o no un buen padre

- Si lo eres amor… Toph solo quería molestarte – pensando –Y le resulto como siempre.

- Toph… ¿a donde vas? – Le pregunto el avatar antes de que terminara de cerrar la puerta.

- A tomar aire, no se preocupen por mi – Y cerró.

Zuko se acerco a él silenciosamente al verlo perdido en sus pensamientos.

- Créeme, o es ahora o nunca – Aang lo vio extrañado, pero recordó de lo que habían hablado y se dirigió rápidamente a la puerta.

- ¡Voy y vuelvo!

- ¿Qué tanto secreto entre ustedes dos Zuko? – Pregunto Katara no muy conforme de la situación, más bien de no saber lo que pasaba.

- Ya veras, ya veras… - En eso se dirigió a Sokka – Si quieren descasar, ya tengo lista su habitación, pueden dejar al niño en la guardería o haré que lleven una cuna a su habitación.

- No te molestes, puede dormir con nosotros

- No es molestia, entonces haré que lleven a su habitación una cuna – Llamo a uno de sus sirvientes y le indico lo que debía hacer y al mismo tiempo llamo a otro para que los dirigiera a sus aposentos.

- A por cierto.

- Si señor

- Lleve una contundente cena a su habitación

- Entendido señor

- Nunca pensé decir esto… pero Zuko… ¡¡GRACIAS!! – Sokka lo abrazo con brillos en los ojos como si fuera un niño de seis años, algo que dejo en blanco al pobre de Zuko que no supo como reaccionar.

Suki tomo a su marido del brazo, antes de que siguiera haciendo el ridículo, con su niño en brazos siguieron al sirviente.

- Sokka se alegra con poco.

- Si con poco de algo llamado comida – Le respondió Zuko volviendo a la compostura.

- Un estomago sano, implica una vida esplendida – Añadido Iroh tocando su barriga, haciendo que Zuko quedara con cara de “Cuando parara por dios” y a Katara con una ligera risa -. Bueno sobrino con respecto a lo que me conversaste el otro día… esta todo listo para tu breve viaje… puedes partir en dos días más, ya que pasado mañana estarás ocupado… pero solo tienes ese día.

- Entiendo tío, gracias – Iroh se retiro de la habitación, dejando a los prometidos solos.

- ¿De que viaje habla tu tío? – Pregunto Katara extrañada de no saber

- De un pequeño viaje que debo hacer… no te preocupes, como dijo, solo tendré ese día

- ¿Ha que vas?

- Debo buscar algo – Se acerco a ella -. Algo importante para mí y para ti – Katara no entendía a que se refería, pero sabía que no le daría la respuesta en esos momentos.

- ¿Cuando me dirás que es aquello importante?

- Cuando lo veas – Se acerco aún más a ella, tomo su rostro con las manos y le dio un suave beso en los labios -. Todo a su tiempo -. La volvió a besar, pero esta vez con más pasión.

En los jardines del palacio, el avatar seguía sigilosamente a la maestra tierra usando sus poderes de maestro aire para no se detectado… lo que no sabía, es que de tanto tiempo de estar juntos, Toph ya sabía como detectar su ligera presencia.

- Piernas locas, se que estas allí¿por qué me sigues?

- Lo siento… no quería molestarte – Le contesto un tímido y nervioso Aang.

- Como sea… ¿Qué quieres?- Pregunto no de muy buen humor

- Nada… solo quería acompañarte

- Mientes… ¿qué quieres Avatar?

Lo había llamado Avatar… eso lo hacía solamente cuando quería burlarse de él, o cuando estaba realmente molesta con él… y por el tono de voz, la ultima era la más probable.

- ¿he hecho algo malo?... lo digo, se nota que estas molesta.

- No… pero solo déjame sola – Dijo marchándose…

-Quizás Zuko no tenía la razón después de todo… bueno con respecto a seguirla - pensó el joven avatar -. En serio Toph… ¿hay algo que te molesta de mí?

- Pues si… Tú -. La fuertes palabras taladraron el corazón del joven avatar hasta lo más profundo de su ser, Toph corrió fuera de su vista con los ojos en lagrimas, algo que lo choqueo aún más que las palabras… nunca había visto a Toph llorar… Corrió tras ella, y aunque esta uso sus habilidades en la tierra para alejarlo, Aang llego a su lado, tomo sus brazos para que no escapara de él nuevamente.

- Toph… dime que pasa.

- Es algo que no te incumbe – Dijo entre sollozos

- Ahora yo se que tu mientes, si no me incumbiera no hubieras actuado así contra mi.

- Si así fuera no tengo porque contarte, no eres mi dueño – Dijo tratando de zafarse, pero ahora podía decir que su pupilo había hecho su tarea, era fuerte, mucho más fuerte que ella.

- No seré tu dueño, pero soy tu amigo… y me duele verte así.

- ¡Entonces aléjate de mi! – Le grito la maestra tierra – ¡Porque tu eres el que me produce este dolor que no puedo soportar! – El avatar la soltó, Toph callo al suelo con lagrimas en los ojos, nunca la había visto tan, tan… vulnerable, y todo por su culpa… Zuko tenía razón en lo otro, la estaba haciendo sufrir.

- Lo siento Toph… yo no quería hacerte sufrir… no quería verte así… pero siempre las cosas me salen mal y… y… lo que menos quiero hacer es verte llorar por mi culpa.

- Entonces vete y déjame sola – Fue la cruda sentencia de la maestra tierra.

- No lo puedo hacer… nunca lo haré – Dijo arrodillándose a su lado -. Toph… yo… Yo te amo.

La joven maestra tierra no podía creer lo que oían sus oídos, y sin darse cuenta de lo que pasaba el avatar la beso en los labios, sus labios se unieron en un suave y tierno beso, Aang la abraso de la cintura haciendo que se levantara junto con él, sin interrumpir el beso, aquel beso con el que Toph solo había soñado.

- ¡Pero que tiernos! – Decía Sokka a su esposa mientras espiaba por la ventana en la ya oscuridad de la noche.

- Sokka deja de espiar, mira que Toph es capaz de golpearte desde esa distancia.

- Está bien, está bien… bueno por lo menos ya están juntos.

- Tienes razón – Le apoyo su esposa acomodando la cena que recién había llegado

- Pero bueno es hora de ¡comer!

De vuelta en los jardines.

- Aang… yo – Dijo una sonrojada Toph después de terminado aquel encantador beso.

- Toph… ¿quieres ser mi novia? – Toph se sonrojo aún más, algo que no creía posible (aunque no lo veía si lo sentía), Aang estaba sonrojado, pero muy seguro de lo que decía.

- S… Si… - Dijo algo vacilante ante las circunstancia en la que se encontraban, ah Aang se le ilumino la vida, para el no era una noche oscura, si no se encontraba en un hermoso día de campo iluminado por un sol radiante que solo le permitía ver a Toph, la mujer que amaba. Cerró sus ojos volviendo a besarla, y dejarse llevar por el dulce sabor de sus labios